


Iniciamos este espacio de comunicación uniéndonos, como tantos y tantas, en acción de gracias a Dios por el Papa Francisco.
Para nosotras la persona de Jorge Mario Bergoglio es muy significativa. Como arzobispo de Buenos Aires fue determinante en nuestra historia especialmente por la acogida que tuvo con nuestra comunidad -como sede en la arquidiócesis-, en tiempos de dificultad, fragilidad e incertidumbre. Bergoglio fue para nosotros un punto de referencia crucial. A él le confiamos nuestras búsquedas, nuestro caminar, el resultado de cada Asamblea e incluso, siendo ya Obispo de Roma, a él le entregamos el Acuerdo (2017) y los nuestros Documentos (2013 y 2017) como fruto del camino que él mismo nos aconsejara: que escribiéramos entre todas lo que queríamos vivir.
Esta experiencia de Buen Pastor que hemos vivenciado de cerca, ha sido la experiencia de tantos y tantas que hoy manifiestan su gratitud.
En estos últimos días hemos visto, escuchado, leído mucha información sobre su vida, su ministerio, su magisterio y particularmente su pontificado. Nos habrán emocionado imágenes, textos, escucharlo nuevamente y nos habrá impactado la inmensa repercusión que ha tenido su partida no sólo para la Iglesia sino para el mundo entero. Es que Francisco, por medio de sus gestos y palabras, fue para muchos/as una verdadera ‘llama viva de esperanza’, una persona, un Papa diferente.
En un contexto global altamente complejo, desafiante, incierto, fragmentado por el dolor y la injusticia, el papa Francisco se destacó por su actitud profética.
A la luz de Francisco de Asís; el papa Francisco revalorizó la pobreza, iniciando su papado nos dijo ‘quiero una Iglesia pobre y para los pobres’, mantuvo su estilo austero, simple, con el cual deslumbró. No cesó de pedir paz- hasta en sus último día- enfrentándose líderes políticos y grandes potencias. No tuvo recelo en denunciar el abuso de los recursos naturales y el inminente llamado a cuidar de nuestra madre tierra, nuestra Casa Común, así como tampoco se silenció frente a los abusos de conciencia, de tipo sexual y otros. Buscó hacerse próximo; por medio del diálogo interreligioso, en su acogida a todos, especialmente a los actuales marginalizados. Francisco reestructuró la Iglesia y desafió a la sociedad, como profeta de la Misericordia.
Su lema episcopal “Miserando atque eligendo” (lo miró con misericordia y lo eligió) – que mantuvo en su papado- se convierte en una clave. La Misericordia, expresada en perdón, proximidad y ternura, en Francisco se convierte en su carisma, en su modo de ser, de actuar, de gobernar la Iglesia, de dirigirse al mundo. Más que una determinada ideología, visión teología, eclesial, Francisco fue un verdadero Pastor.
Es desde esta clave de lectura que comprendemos su insistencia y empeño en construir una iglesia: ‘pobre y para los pobres’, una ‘iglesia en salida’ que va a las calles a las periferias físicas y existenciales, una iglesia que comunica y se comunica, una iglesia que está presente más allá de sus fronteras, una iglesia ‘hospital de campaña’ que sana y cura las heridas, una iglesia fraterna también con la naturaliza, una Iglesia de justicia y de paz! Una Iglesia que no juzga, sino que pide perdón, una ‘iglesia para todos, todos, todos’ ... porque como nos dijo en más de una oportunidad “o nos salvamos todos o no se salva nadie”.
Leonardo Boff señala, que “Francisco más que un nombre, es un proyecto de Iglesia, de sociedad”. Nos tocará a nosotras/os continuar este inmenso legado, que no es otro que el Evangelio, el Reino anunciado por Jesús.
Confiamos nuestra Iglesia y nuestro caminar al Espíritu, ¡que la Divina Ruah sea quien nos siga conduciendo y animando por los caminos de la Esperanza!
Hacemos nuestras las palabras de Daniela Cannavina:
Dile a Jesús
Francisco, hermano,
partiste al encuentro de Jesús,
y ahora todo se reviste de nueva luz.
¡Eres Pascua!
Llevas a nuestra Iglesia
a su Presencia
y susurras al oído del Maestro
tus sueños y desvelos
por devolverla al Evangelio.
Dile a Jesús
que lo estamos intentando...
Que somos torpes
para vivir la comunión,
que esto de “caminar juntos”
nos asusta,
que ser jerarquía
gusta más que sentirnos pueblo,
que aún nos resistimos
a bajarnos del poder,
que las guerras y divisiones
las marginaciones y exclusiones
también son nuestras...
Pero también, dile a Jesús,
que, pase lo que pase,
seguiremos apostando
por una Iglesia sinodal...
Que estamos alargando la mesa
para que muchos
tengan un lugarcito
y se sientan acogidos,
amados, abrazados.
Que no es fácil el camino
de la unidad,
pero nos comprometemos
a hacer sentir al hermano
un poco más humano.

Dile a Jesús, querido Francisco,
que necesitamos
aprender a escuchar,
porque nos cuesta
soltar nuestras ideas
y agendas personales...
Que eso de estar “en salida”
sacude nuestra comodidad
y nos desinstala demasiado...
Pero que intentamos discernir
y caminar a la luz del Espíritu,
buscando cribar “lo mío”
para dejar venir “lo Suyo”
y construir “lo nuestro”.
Dile a Jesús
que algunas decisiones van lentas,
pero pondremos empeño.
en hacerlas nacer y crecer.
Que hay deseos de renovarnos,
y buscaremos enfrentar el miedo.
Que aunque algunos
se sienten dueños de la verdad,
nos ayudaremos a vivir
la conversión en las relaciones.
Dile a Jesús, Francisco,
que lo amamos...
Que queremos abrazar el Evangelio.
Dile que fuimos felices de tenerte
como hermano y pastor.
Que el Espíritu nos ayude
a mantener los procesos abiertos,
y a no retroceder en la marcha…
Y que inspire al nuevo
hermano y pastor
para que sea servidor, como vos,
al modo de Jesús.
Y ahora...
¡No te olvides de rezar por nosotros!
¡Gracias Francisco!
Una Comunidad que hace Memoria desde Cristo Resucitado tiene Esperanza
En el Tiempo Pascual leemos las apariciones del Resucitado que son siempre inspiradoras de nuestro carisma, pero qué nos inspira los Hechos de los Apóstoles. Muchas veces la primera lectura es más difícil o la pasamos rápido para llegar al Evangelio. En este tiempo vamos a detenernos un poquito en lo que marcan las lecturas de los Hechos de los Apóstoles que están lógicamente relacionadas con el Evangelio.
Voy a destacar un solo aspecto que es la importancia de la Memoria en la relación con Jesús, con la vida misionera con sus luces y sombras, y con la organización de la comunidad. Vamos a hacer pasar la memoria por estos tres aspectos/dimensiones de la vida personal, misionera y de la organización (simple o complicada), para alegrarnos o para soltar.

La Memoria de que fuimos sumergidas en la Pascua de Cristo y que participamos de su Resurrección es lo que arraiga nuestra esperanza. Se habla del Jubileo de la Esperanza porque se apunta a un estilo de vida de estar “arraigados y edificados” en Jesucristo (Colosenses 2,6). La esperanza se alimenta día a día, pero sabemos que no es fácil, en un mundo violento, cansado e inseguro etc. Por eso hablar de ella es posible desde la memoria de un evento significativo que se actualiza desde dentro y que se vive en lo cotidiano con sencillez y con arraigo en las experiencias pascuales donde la fragilidad, el límite, la muerte y la vida conviven. Hacer memoria personal y colectiva de esas experiencias posibilitan una vida más fluida, leve, que se contagia en la comunicación y en la organización.
En los Hechos de los Apóstoles se habla mucho del Bautismo, de los neófitos, de las primeras misiones a los paganos, de la organización de dos en dos con sus luces y sombras, El recordar esas experiencias y el compartirlas con sus aciertos y desaciertos alimentan el hoy para discernir y contagiar desde lo esencial. La memoria es como el otoño que muestra la belleza de las diferentes tonalidades de hojas y al mismo tiempo el aire suave o el viento fuerte nos ayudan a soltar, a crecer en libertad La memoria trae lo lindo y lo triste/ difícil de la historia, pero en la esperanza cristiana hay una relación con el sufrimiento paciente que es capaz de aguantar la tensión sin desesperar porque hay una contención que San Pablo la expresa así: “La dificultad produce entereza; la entereza, calidad; la calidad, esperanza; y esa esperanza no defrauda, porque el amor que Dios nos tiene inunda nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha dado” (Romanos 5, 3-5).
¿Qué persona o situación viví en este año que me trae esperanza? Puede ser algo inesperado/sorpresivo/difícil o muy sencillo, pero sé que esa palabra, ese gesto, me ayudó a crecer en esperanza. Hacer Memoria y compartirlo para desde ahí leer los Hechos de los Apóstoles en este Tiempo Pascual.
Por Ana Formoso


Amazonas

En la celebración del Domingo de Pascua, en São Leopoldo, fue realizado el envío misionero de Tomás y Oriana, quienes viajan hoy (25 de abril) rumbo a Santo Antonio de Içá.
Les compartimos también que, desde mediados de agosto hasta mediados de enero 2026, Gabriela Pastorino estará compartiendo la vida y misión junto a Mariana.
Agradecemos la disponibilidad de Tomás, Oriana y Gabriela y rezamos para que sea una hermosa y fecunda misión.
Les compartimos también que después de un período de evaluación (2024) junto a las misioneras que ‘in situ’ han sido parte de esta misión y del ahora equipo amazonas, hemos decidido reconfigurar este último, para dar continuidad al acompañamiento de esta nueva etapa de misión.
El nuevo equipo amazonas estará integrado por Eva, María José, Mariana, Meni, Laura F y Virginia M. Algunas de ellas han conocido el lugar y otras han acompañado desde el inicio esta experiencia misionera. Les hemos pedido de forma especial dar pasos hacia una posible experiencia de trabajo misionero intercongregacional.
Mesa de trabajo/diálogo:
diálogo como representante de la comunidad de Argentina.
Quisiéramos también agradecer a las comunidades que ya nos han hecho llegar los resultados del cuestionario FODA y recordar a quienes aún no lo han enviado tienen plazo máximo hasta el 30/04.
les comunicamos que Josefina Vera se ha unido a la mesa de
Ana, Carolina, Cristina, Mercedes



Partecipazione CMCR alla VIII Assemblea Generale MCR
Come già anticipato, la prima parte dell'VIII Assemblea MCR (online) sarà un tempo di ascolto, dialogo, valutazione, formazione, riflessione e proiezione che ci permetterà di continuare a fare passi nella costruzione comune dell'essere Comunità Missionaria.
L’ abbiamo programmata nei fine settimana dell'8-9 e del 22-23 novembre nei seguenti orari.


Abbiamo intenzione di confrontarci nel tavolo di lavoro/dialogo sul modo migliore per invitare, registrare e coinvolgere i membri delle varie presenze locali (CMCR). Man mano che si farà chiarezza su questi temi, sulle modalità, sui tempi etc, condivideremo con voi gli aggiornamenti.
Tavolo di dialogo/lavoro dell’Organizzazione Generale CMCR

Sono già in corso l’elaborazione della scheda SWOT e della riflessione della comunità locale che ne scaturirà. Vi ricordiamo che la scadenza per l’invio della sintesi proveniente da ogni comunità è il 31 Marzo.
Incontro CMCR di Pasqua
Come ormai da tradizione, ci riunireo come CMCR la seconda domenica del tempo pasquale per celebrare insieme la Risurrezione di Gesù. Questa volta l’incontro sarà il 27 Aprile. Abbiamo proposto all'Equipe di Spiritualità della Risurrezione di animarla e la ringraziamo in anticipo per ciò che preparerà per noi in questo anno speciale.
Sarebbe bello che ognuno segni sin da ora la data e l'ora dell’incontro e possa dare priorità a questo momento insieme. I dettagli relativi all’incontro saranno inviati in seguito.
Giorno: Domenica 27 Aprile 2025
Hora: 9 a 11 Hs (AM, VE) / 10 a 12 Hs (AR, BR, CH, UY) / 15 a 17 Hs (IT)
MEET: i rappresentanti invieranno l’invito e il link via WhatsApp

Amazonia
Condividiamo che qualche giorno fa Laura Frances è tornata a S. Leopoldo dopo un anno di servizio volontario/missionario a Santo Antonio de Içá. La ringraziamo per il suo contributo generoso, gioioso e impegnato e preghiamo per lei.
Anche Oriana Soriano e Tomás Culleton si stanno preparando e partiranno, dalla fine di aprile- rispettivamente per 3 o 4 mesi - come volontari nel SAI. Preghiamo per entrambi.
Condividiamo inoltre che siamo in un momento di riconfigurazione dell'Equipe Amazzonia e che presto comunicheremo chi ne farà parte.
Continuiamo a pregare per questa missione che ci rallegra e ci sfida allo stesso tempo!
Buon cammino verso una Pasqua di Resurrezione!
Ana, Carolina, Cristina, Mercedes



In questa occasione vogliamo ricordare la proposta di celebrazione preparata dai fratelli e dalle sorelle dell'Equipe di Spiritualità della Resurrezione da realizzare/celebrare in ogni comunità locale.
Celebrare:
La proposta di questo sussidio è quella di celebrare personalmente e comunitariamente la nostra spiritualità con gioia. A tal fine, proponiamo innanzitutto la lettura del Vangelo di Giovanni 1,35-39 con alcune domande per la riflessione. Come secondo passo, un momento di preghiera personale e poi in comunità o in gruppo, come preferite.

Lettura dal Vangelo di Giovanni 1,35-39
“Giovanni stava ancora là con due dei suoi discepoli e, fissando lo sguardo su Gesù che passava, disse: «Ecco l'agnello di Dio!». E i suoi due discepoli, sentendolo parlare così, seguirono Gesù. Gesù allora si voltò e, osservando che essi lo seguivano, disse loro: «Che cosa cercate?». Gli risposero: «Rabbì - che, tradotto, significa Maestro -, dove dimori?». Disse loro: «Venite e vedrete». Andarono dunque e videro dove egli dimorava e quel giorno rimasero con lui.”
Le pratiche condivise all'Incontro Internazionale di Buenos Aires ci offrono elementi per continuare ad approfondire la nostra spiritualità di risurrezione. Sono spazi, forme, luoghi in cui scopriamo che Gesù vive e ci chiama a stare con Lui per imparare a vivere da risorti nel quotidiano della nostra esistenza. Le pratiche ci rivelano il nostro modo di vivere, crescere e celebrare la nostra spiritualità.
Alla luce del testo del Vangelo di San Giovanni, interpellati dai discepoli, chiediamo di nuovo a Gesù: dove abiti? dove ci aspetti? dove e come facciamo festa? dove ti riconosciamo?
Preghiera personale:
1. Ti invitiamo a rispondere personalmente alle domande presentate.
2. Scegli un'immagine, una musica, una poesia, ecc. che esprima la nostra spiritualità (da condividere nella celebrazione comunitaria).
Celebrazione comunitaria:
1. Leggete il Vangelo e condividete le risposte alle preghiere individuali.
2. Celebrate comunitariamente (ad esempio durante un momento di adorazione o di preghiera) condividendo i segni (immagini, musica, poesie) con la comunità/i gruppi.
3. Chi lo desidera può inviare una foto della celebrazione al nostro indirizzo e-mail: espiritualidad@comunidadmcr.org


Riunioni del tavolo di dialogo
Da quando è stata costituito il tavolo di dialogo/lavoro sull'Organizzazione Generale CMCR, si sono tenuti tre incontri belli e arricchenti (novembre-dicembre 2024, gennaio 2025). Appena possibile, verrà inviata una proposta per continuare la riflessione nelle comunità locali attraverso gli ambasciatori della comunicazione CMCR.
Ana, Carolina, Cristina, Mercedes


Cada año que va finalizando es una oportunidad para detenernos ante Dios para recoger con un corazón agradecido tanta vida compartida, entregada y recibida.
Nosotras quisiéramos recoger y agradecer por el camino recorrido juntas y junto a aquellos/as que nos hemos encontrado a lo largo de él. Recoger este año caracterizado por la escucha y el diálogo generativo; por las desgracias sufridas a consecuencia de los daños climáticos, por la solidaridad experimentada entre las comunidades, por las experiencias misioneras y por tantas variadas formas en las que se ha presentado la novedad, la continuidad, la búsqueda. Con este corazón cargado de agradecimiento y ante el umbral de este año jubilar, 2025, nos acercamos al gran misterio de la Navidad.
¡Navidad! Revolución silenciosa; momento en que Dios irrumpe en la historia humana, no con poder y gloria, sino con la vulnerabilidad de un niño en un pesebre. Misterio, ante el cual no podemos quedarnos indiferentes, la Navidad nos exige una decisión.
En este año, con la apertura de la Puerta Santa, que no es solo un acto simbólico sino un desafío, una invitación, somos convidadas/os a cruzar el umbral de nuestras seguridades, de nuestras excusas, de nuestras zonas de confort para ir, como los pastores y los magos al encuentro de la vida que nace, y también de la vida que es amenazada, al encuentro de Jesús.
Para cruzar el umbral de nuestra puerta santa nos puede ayudar el preguntarnos: ¿Qué miedos nos impiden avanzar? ¿Qué puertas hemos mantenido cerradas demasiado tiempo?
La Puerta Santa nos recuerda que Cristo mismo es la puerta abierta hacia el perdón, la reconciliación y la verdadera libertad. Cruzarla requiere de valentía y coraje. ¿Estamos dispuestas a abrazar el riesgo del Evangelio? ¿A hacer nuestra, la alegría radical del pesebre que incomoda a los poderosos y da esperanza a los humildes?
Acerquémonos al Misterio que nos trae esta Navidad, entremos en él, dejemos que transforme nuestra vida y la de los demás. Dejemos que la luz del Niño de Belén ilumine nuestras oscuridades. No es solo una invitación, es una llamada urgente y el momento es ahora. El Niño del pesebre no nos espera como espectadoras/es, busca discípulas/os.

(Por Raquel Zaffaroni)
CONTEMPLANDO EL PESEBRE VIVIENTE
Este año estamos en el clima de una Iglesia Sinodal, donde estamos todos invitados a ser corresponsables, protagonistas, no espectadores. No queremos vivir la representación del pesebre desde el banco, por eso, podemos preguntarnos con qué personaje nos estará invitando el Espíritu Santo a identificarnos, y trataremos de entender qué significa cada uno.
Los Ángeles
¿Quiénes son? Son los que viven y comparten la alegría de contemplar a Dios. Si alguna vez disfrutamos, fuimos sorprendidos por un paisaje hermoso, por una música maravillosa, podemos imaginarnos cómo podemos sentirnos cuando contemplamos algo de Dios, que es lo más hermoso que podemos imaginar. Nos estará invitando el Espíritu a pasar más tiempo con Él, no sólo en sus cosas, contemplando, alabando, por lo que Él es, ¿más allá de lo que nos da? También los Ángeles son mensajeros de Dios para distintas cosas. En este caso Gabriel, para anunciar Buenas noticias. No puedo anunciar una noticia de la que no me he enterado… ¿Cuál es la Buena Noticia que podemos anunciar? Que Dios nos ama, así como somos, que se preocupa por nosotros, que Jesús, murió y resucitó, vino a salvarnos y a contarnos cómo ser felices, y que nos regala su Espíritu, cuando se lo pedimos.
María
Cuando se hace un Pesebre Viviente todas quieren ser María. Podríamos escribir libros sobre Ella. Pero en algunos pesebres vivientes, se arranca con el antecedente de la preparación al nacimiento, la Anunciación, la Visitación, el sueño de José… ¿Cuál fue la historia de amor que Dios fue tejiendo con nosotros y entre luces y sombras nos trajo hasta aquí?
En la Anunciación, unas pocas palabras clave: María es la que escucha, la que intenta comprender el sueño de Dios sobre su vida, y acepta cumplirlo a pesar de los riesgos. Es la mujer de la confianza. ¿Quién se anima a decirle a Dios hoy “mira, no tengo muy claro cuál es tu invitación para mí, pero desde ya te digo que SÍ a lo que sea, dame luz para verlo, y fuerza para cumplirlo”…?
Visitación
Acá María es la apurada para ayudar atenta a las necesidades ajenas. Apenas se entera de que su prima está embarazada, se pone en camino. Al llegar transmite la alegría de la presencia de Jesús en lo simple de la vida, en un saludo. Y canta con alegría las maravillas que Dios ha hecho en ella, y en la historia de la humanidad. Cada uno de nosotros podría escribir hoy su propio magníficat…
Isabel
Una mujer que viene de haber fracasado en su búsqueda de ser fecunda, de ser feliz, pero finalmente esa esperanza no se ve defraudada y Dios le regala la maternidad que parecía que no iba a llegar, es testigo de que no hay nada imposible para Dios. ¿Qué buenos deseos tengo para renovar hoy mi esperanza de que Dios pueda cumplirlos? Pero también es la mujer inspirada por el Espíritu Santo, que sabe comprender lo que le pasa al otro, y que es humilde, y sabe alegrarse por las cosas buenas que le pasan a los demás.
José
José es el varón del silencio, de la escucha, pero de la acción valientemente obediente a los pedidos de Dios. Es el custodio, eficaz y humilde de María y Jesús. Es el que sabe preparar el establo (y también nuestro corazón) para recibir a Jesús.
Los pastores
Viven al día, duermen al raso, no son ricos, ni valorados por la sociedad, pero son responsables de la seguridad de las ovejas, son los que cuidan, acompañan, buscan alimento y abrigo, como hacen con sus hijos la mayoría de los papás y mamás en la tierra.
Pero también son los que reciben la Buena Noticia, la creen, y se ponen en camino.
Los magos
Son los que buscan, no tienen todo claro, pero se mueven, peregrinan, cuando se pierden preguntan, buscan ayuda, y siguen buscando…Y son también los que traen regalos a Jesús.
La Estrella
Es la que conduce a los magos a Jesús, les muestra dónde y cómo encontrarlo. Permaneciendo junto a Él, señala el camino.
El burro
Es el que carga sobre sí, a María y a Jesús dentro. No elige por dónde ir, ni a qué velocidad, ni cuándo detenerse. Se deja conducir… ¿Puede el Espíritu conducirnos con esa docilidad de nuestra parte? ¿Cargamos en nuestro corazón a nuestros hermanos y se los presentamos a Dios en nuestra oración de intercesión?
El buey
Parece que no hace nada más que estar… dar el calor de su presencia para mitigar el frío… María al pie de la cruz, sólo podía estar. A veces, junto al que sufre no hay otra cosa para hacer que acompañar en silencio, pero qué importante es la presencia, la compañía, que sana la soledad.
Quizás contemplando el pesebre, como un momento de la historia de salvación, podemos agradecer esa constante presencia amorosa de Dios en nuestra historia y dejarnos sorprender por su llamado a seguir creciendo en comunión con Él, y con sus otros hijos, nuestros hermanos.


Invitación a una instancia de oración/celebración
El Equipo de Espiritualidad ha preparado una celebración para que podamos realizar en cada comunidad local cuando le sea posible. La misma, es parte del proceso de reflexión y trabajo que vienen realizando y que, como verán, como ellos mismos nos lo explican.
Junto con la pauta para la celebración, enviamos aquí el link donde se encuentran categorizadas las prácticas que fueron compartidas en el encuentro internacional de diciembre del 2023, en las cuales vamos reconociendo como expresamos nuestro ser CMCR.
Síntesis Prácticas Espiritualidad
En vísperas al año jubilar

Nos gustaría hacer un llamado especial para quien/es quiera/n celebrar de manera diferente este año jubilar realizando una experiencia misionera en Amazonas (mínimo 3 meses) o en Roma (mínimo 6 meses o para quienes no tengan ciudadanía europea 3 meses).
Y pensando en la entera comunidad, le hemos pedido al Equipo de Espiritualidad de la Resurrección, que proponga alguna forma de vivirlo y celebrarlo en conjunto durante el 2025.
Por otro lado, nos unimos en oración para alentar a los jóvenes, especialmente de Viña del Mar, quienes están realizando actividades y preparándose para viajar al Jubileo de los jóvenes en agosto del 2025.
¡FELIZ NAVIDAD y BUEN AÑO 2025!
Ana, Carolina, Cristina, Mercedes



“Partito di là, Gesù si ritirò verso la zona di Tiro e di Sidone. Ed ecco, una donna cananea, che veniva da quella regione, si mise a gridare: «Pietà di me, Signore, figlio di Davide! Mia figlia è molto tormentata da un demonio.» Ma egli non le rivolse neppure una parola.
Allora i suoi discepoli gli si avvicinarono e lo implorarono: «Esaudiscila, perché ci viene dietro gridando» Egli rispose: «Non sono stato mandato se non alle pecore perdute della casa d'Israele.»
Ma quella si avvicinò e si prostrò dinanzi a lui, dicendo: «Signore, aiutami!» Ed egli rispose: «Non è bene prendere il pane dei figli e gettarlo ai cagnolini.» «È vero, Signore - disse la donna -, eppure i cagnolini mangiano le briciole che cadono dalla tavola dei loro padroni.»
Allora Gesù le replicò: «Donna, grande è la tua fede! Avvenga per te come desider.» E da quell'istante sua figlia fu guarita.”
Mt 15, 21-28

Un appello alla comunione nella diversità
Viviamo in un'epoca in cui le differenze culturali, religiose e sociali sono più visibili che mai. Le distanze tra gruppi e comunità si riducono grazie alla globalizzazione, ma emergono anche le tensioni e le sfide della convivenza in una società pluralistica. Questo è lo scenario che abbiamo di fronte e il brano della donna cananea continua a invitarci a riflettere su di esso da una prospettiva profondamente umano-spirituale.
L'incontro tra Gesù e la donna cananea non racconta solo un incontro e una guarigione, ma anche una trasformazione reciproca. Gesù, inizialmente fermo nella sua specifica missione verso “le pecore perdute della casa d'Israele”, è sfidato dalla fede di una donna straniera. Questo dialogo, segnato dalla perseveranza di lei e dall'apertura di lui, non solo guarisce la figlia della donna, ma indica una via di convergenza tra i diversi.
Nella nostra società contemporanea, di fronte al pluralismo ci troviamo di fronte a due tentazioni estreme: una tolleranza passiva che non coinvolge né trasforma, e un'intolleranza combattiva che rifiuta ciò che è diverso, costruendo muri invece di ponti. Gesù stesso ci ispira a cercare sempre la strada dell'incontro autentico, dove il diverso non è visto come una minaccia, ma come un'opportunità di arricchimento della comunità.
La chiave è l'ascolto attivo e il dialogo autentico. Proprio come Gesù ha permesso alla voce della donna cananea di toccarlo, anche noi siamo chiamati a lasciare che le voci di chi ci circonda - e soprattutto di chi è diverso - mettano in discussione le nostre certezze e amplino le nostre prospettive.
Nel contesto delle nostre comunità, questa riflessione ci interpella anche internamente: come affrontiamo le nostre tensioni e differenze, permettiamo che portino alla divisione o lavoriamo per integrare la nostra diversa ricchezza? La cattolicità -unità nella diversità- è un ideale che ci impegna a cercare soluzioni che non uniformino ma armonizzino.
Nella pluralità del nostro mondo, possiamo sempre scegliere una via: la via del Vangelo, la via dell'amore che trasforma i cuori e guarisce le ferite.
Il 17 novembre ha segnato un nuovo passo nel nostro cammino condiviso come comunità. Nel primo incontro del Tavolo di Lavoro sull'Organizzazione Generale della

CMCR, non solo abbiamo iniziato un dialogo profondo, ma abbiamo anche riaffermato il valore della nostra diversità e la nostra capacità di ascoltarci in fraternità.
Questo incontro non è stato solo un esercizio organizzativo; è stato uno spazio per riconoscere che la ricchezza della nostra missione risiede nell'integrazione di molteplici prospettive. Ogni comunità locale, con il suo contesto unico, apporta un tassello essenziale al mosaico che è la WCRC. Queste riflessioni ci aiutano a discernere come possiamo continuare ad andare avanti insieme, rafforzando la nostra identità e reinventandoci di fronte alle sfide di oggi.

Riproponiamo per la nostra lettura orante la figura della donna cananea, questa volta con l'aiuto di Dolores Aleixandre, per accompagnarci ancora di più nel dialogo, nell'incontro con il diverso e la ricchezza che questo può comportare
Viviamo in tempi di affermazione del pluralismo. È un fenomeno che è sempre esistito: gruppi e individui con diverse visioni delle cose e diversi modi di vivere. Oggi questo fenomeno è accentuato e ogni gruppo cerca di affermare la propria identità sulla base di ciò che gli è unico, diverso dagli altri: pluralismo di cultura, di etnie, di idee, di religioni..
Il pluralismo può, da un lato, creare un'umanità più capace di vivere insieme, ma è anche minacciato da due pericoli:
1. Quello di una tolleranza passiva (lasciar correre, lasciar essere, lasciar fare...) che porta alla disintegrazione, all'individualismo o al totale compiacimento e non si lascia interrogare da ciò che è diverso.
2. Un altro pericolo è l'intolleranza combattiva: solo il mio gruppo è giusto e corretto, e tutti quelli che non sono d'accordo con lui sono sbagliati. Questa apparente tendenza unificante distrugge la comunione perché non tollera il diverso. L'egualitarismo non crea comunione: massifica.

Il personaggio della cananea sottolinea all'inizio la distanza tra l'ebreo Gesù e la donna: egli è stato inviato solo alle pecore perdute della casa d'Israele e lei non appartiene a quel gruppo, ma agli “altri”. I Gentili esclusi dall'alleanza. Ma il suo atteggiamento, la sua esistenza fiduciosa, fa avanzare il dialogo, accorcia le distanze, abbatte le differenze e la resistenza iniziale di Gesù si dissolve di fronte alla fede della donna. Entrambi hanno trovato ciò che li rendeva “concordi”.
Creando il mondo, Dio ha introdotto il “principio di separazione”: da quel momento in poi, la comunione nasce dal diverso, non dall'uguale. Si crea dal dialogo, dalla collaborazione nel contesto di una vita comune, dall'entrare in un dinamismo arricchente di scambio con il diverso. La comunione è fatta dalla convergenza: ogni gruppo cresce dalle proprie radici, integrando le ricchezze portate dagli altri.
Cattolicità significa “pluralità nell'unità”. Un'antica professione di fede trinitaria afferma che il Padre, il Figlio e lo Spirito Santo sono “concordi nella Trinità”. Vale a dire che concordano proprio in ciò che li distingue.
La donna cananea non si è stancata di insistere, di continuare a lottare e a manifestare la sua preoccupazione. E Gesù ha saputo lasciarsi convincere, comprendere le sue ragioni, ammirare la sua fede e trasformare la sua posizione iniziale. Alla fine, erano diventati “concordi nella diversità”. E il risultato fu una bambina salvata dalle grinfie del nemico, una donna cananea felice di aver ottenuto la guarigione della figlia e un ebreo, Gesù, che scoprì la rivelazione che il Padre, attraverso quella donna straniera, gli stava affidando una missione che raggiungeva il mondo intero.
Dolores Aleixandre, Contemporanei di venti secoli fa.
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Quali sono le grida del mio cuore oggi, a chi le affido?
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Quali sono le grida delle mie sorelle e dei miei fratelli e come reagisco davanti ad esse? Come reagisco: rispondo subito, taccio, scappo... Qual è il mio atteggiamento “predominante”?
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Nella preghiera possiamo contemplare la “via”, la trasformazione di Gesù: cosa mi dice?
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Dolores A. descrive due modi sbagliati di affrontare le differenze: la tolleranza passiva (lascia passare, lascia fare, lascia fare...) e l'intolleranza combattiva. A quale di queste tendo di più? In quali circostanze? Quale potrebbe essere l'alternativa?
Gesù,
tu che hai ascoltato il grido della donna cananea,
che hai permesso alla sua fede di trasformarti,
insegnaci a fermarci davanti alle grida del nostro cuore
e a quelle delle nostre sorelle e dei nostri fratelli.
Donaci orecchie attente e cuori aperti,
per accogliere chi soffre senza indifferenza,
per agire nell'amore e non nella paura
Liberaci dalle trappole della passività che lascia tutto immutato,
e dall'intolleranza che costruisce muri e ferite.
Guidaci, invece, verso l'alternativa del tuo Vangelo:
il dialogo sincero, l'incontro autentico,
e quella misericordia che trasforma noi
e coloro che ci circondano.
Signore, trasforma il nostro cammino come hai trasformato il tuo,
affinché possiamo essere un segno vivo del tuo amore,
un amore che accoglie, guarisce e dona.
Per la preghiera, possiamo farci guidare da queste domande:



Tavolo di confronto CMCR
Domenica 17 novembre abbiamo iniziato il tavolo di discussione/lavoro, in cui abbiamo avviato il dialogo sull'Organizzazione Generale della CMCR. Partendo da quanto elaborato e raccolto da ogni comunità locale in merito all'organizzazione, abbiamo concordato l'obiettivo, la modalità di lavoro e l'orientamento per il prossimo incontro. È stato un interessante spazio di riflessione e di ricca condivisione fraterna.
Al prossimo incontro (previsto per il 22 dicembre) parteciperà anche Chaca Silva dall'Uruguay.

Prossimo bollettino: Vi informiamo che la comunicazione di dicembre, a causa della festa di Natale, sarà anticipata al giorno 20.
Ana, Carolina, Cristina, Mercedes




“Partito di là, Gesù si ritirò verso la regione di Tiro e Sidone. Ed ecco una donna cananea, che veniva da quella regione, si misse a gridare:
«Pietà di me, Signore, figlio di Davide! Mia figlia è molto tormentata da un demonio.»
Ma egli non le rivolse neppure una parola. Allora i suoi discepoli gli si avvicinarono e lo imploravano: «Esaudiscila perché ci viene dietro gridando.» Egli rispose: «Non sono stato mandato se non alle pecore perdute della casa d'Israele.» Ma quella si avvicinò e si prostrò dinanzi a lui e disse: «Signore, aiutami!» Ed egli ripose: «Non è bene prendere il pane dei figli e gettarlo ai cagnolini.»
«E´vero, Signore - disse la donna - eppure i cagnolini mangiano le briciole che cadono dalla tavola dei loro padroni. Allora Gesù le replicò: «Donna, grande è la tua fede; avvenga per te come desideri.» E da quel istante sua figlia fu guarita.”
Mt 15, 21-28

Leggiamo il testo vedendo gli atteggiamenti della donna, dei discepoli e di Gesù. Leggendo attentamente notiamo che:
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la donna cananea si avvicina a Gesù in uno stato vulnerabile, chiedendo aiuto per sua figlia. La sua umiltà e apertura rivelano che il dialogo più genuino spesso avviene quando ci permettiamo di essere vulnerabili e onesti con gli altri e con Dio. La vulnerabilità non è debolezza, ma una porta verso l’autenticità e la connessione profonda. Il dialogo generativo richiede che ci presentiamo con onestà, senza paura di mostrare i nostri bisogni o le nostre fragilità.
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la donna si avvicina a Gesù con umiltà; Questa è un'altra chiave in ogni dialogo. Il vero dialogo non è solo parlare, ma essere disposti a imparare dall’altro. Il dialogo, quando è un incontro, cerca non solo di risolvere problemi, ma di costruire ponti e generare comprensione reciproca. Come nel caso di Gesù e della donna cananea, il dialogo può trasformare le relazioni e condurre a una maggiore comunione.
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Gesù tace alla prima richiesta della donna cananea. Questo silenzio può sembrarci sconcertante, ma fa parte del dialogo. Lui “ascolta” in silenzio prima di rispondere. Questa modalità di ascolto è fondamentale in ogni dialogo generativo. A volte le nostre conversazioni si concentrano sul parlare e non sull’ascoltare. Il silenzio, sia da parte di Dio che nelle nostre conversazioni umane, è spesso uno spazio per un ascolto profondo, una riflessione e una crescita.
Queste domande possono aiutarci a riflettere, alla luce dell’esempio del Vangelo:
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Che ruolo gioca l’ascolto attivo nella nostra vita personale e comunitaria?
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Sono disposto ad ascoltare, anche quando l'altra persona sembra "strana" o mi sfida?
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Ascolto davvero gli altri o mi preparo semplicemente a rispondere?
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Cosa posso imparare dal modo in cui Gesù ascolta e risponde?
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Riesco a valorizzare il silenzio nei miei dialoghi con gli altri, oppure sento il bisogno di riempire ogni momento con le parole?
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Sono aperto ad ascoltare veramente i miei fratelli, anche quando non sono d'accordo con loro?
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Sono abbastanza umile da riconoscere i miei limiti nel dialogo?
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Come posso lasciare andare l'orgoglio o il desiderio di avere sempre ragione nelle mie conversazioni per aprirmi alla crescita reciproca?
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Sono disposto a essere vulnerabile nelle mie conversazioni con gli altri e con Dio?
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Come posso creare uno spazio sicuro in modo che anche gli altri possano essere vulnerabili nei loro dialoghi con me?
Gesù, insegnami ad ascoltare con cuore attento e disponibile. Aiutami ad accogliere con compassione e apertura le voci di chi mi circonda, affinché il dialogo sia un vero spazio di incontro e di guarigione.
Signore, dammi un cuore umile e aperto, che non cerchi di dominare nel dialogo, ma di crescere nella verità e nell'amore condiviso.
Signore, dammi la grazia di essere vulnerabile nelle mie relazioni, sia con Te che con gli altri. Possa io, nella mia apertura, trovare forza e approfondire l’amore e la comprensione reciproca.

Organizzazione Generale CMCR: vi comunichiamo i nominativi che ci sono pervenuti finora dalle comunità di coloro che comporranno, per il momento, - insieme all'ECG - il tavolo di lavoro/dialogo/riflessione sull'Organizzazione Generale della nostra comunità. Per quanto possibile, integreremo altre comunità. La squadra è inizialmente composta da:

Apprezziamo la disponibilità di ciascuno di loro e ci impegniamo a pregare per questo importante passo.
Continuiamo a camminare nella Prevenzione e nella Cura:

Il 6 ottobre abbiamo partecipato ad un incontro formativo del CMCR. In quell'occasione, il team di prevenzione degli abusi ha condiviso con noi il lavoro svolto nello sviluppo del Protocollo di prevenzione e cura per la nostra Comunità generale.
Nel Protocollo uno strumento fondamentale è la creazione di un 'team di ascolto', che raccolga eventuali reclami. Questa squadra sarà composta, in linea di principio, da una persona di riferimento in ciascuna delle nostre presenze, che sono:

Vi ringraziamo anticipatamente per la disponibilità espressa ad assumere questo importante e delicato servizio comunitario.
Inoltre, condividiamo con voi che l'équipe di prevenzione entrerà in contatto con i rappresentanti e i responsabili dei diversi progetti locali specificatamente rivolti a bambini e adolescenti (NNA), per finire di pensare e scrivere il codice di condotta per ogni locale. comunità. Ringraziamo anche ogni persona che collaborerà a questo processo di preparazione a livello locale. Rallegrarsi!
Virginia M. conclude la sua esperienza in Amazonas

Domenica 27 ottobre María Virginia riparte per l'Uruguay. Siamo grati per questi anni di costruzione condivisa, di dedizione a quelle terre dell'Amazzonia e per la generosità e la passione missionaria vissuta. Ti chiederemo di raccontarci la tua esperienza nella prossima comunicazione.
Eva e Majo in Amazzonia
Lasciamo qui la condivisione di Eva, che, insieme a María José, ha avuto l'opportunità di conoscere la nostra presenza in Amazzonia per alcune settimane.

Mi chiamo Eva, sono una moglie e mamma innamorata della missione. Nella mia vita ho avuto il dono di poterla vivere in vari contesti e con mille sfumature. Momento cruciale è stata la missione in Angola. A Luanda ho svolto il mio servizio educativo con i bambini di strada in quella che era una delle baraccopoli più grandi dell'Africa. Al rientro a Roma ho conosciuto mio marito Daniele, con il quale sono partita per un'altra esperienza in Angola e ho terminato i miei studi di “educatore di comunità” con una tesi sulla Capoeira come metodo educativo per i bambini di strada a Luanda. Ci siamo sposati e abbiamo accolto le nostre tre figlie, Elisa, Sara e Anna. Anche la famiglia è una missione grande e bella!
In questi anni di cura delle ragazze ho sempre pensato di approfondire questa vocazione missionaria per poi trasmetterla alla mia famiglia. Ed è così che nella primavera di quest'anno, in un giorno di aprile, la vita ha voluto sorprendermi ancora una volta. È bastata una chiamata per dire SI, ed eccomi in Amazzonia con María José, suora missionaria e amica di lunga data, una persona per me davvero speciale. Questa volta, però, sono stato chiamato a svolgere una missione diversa. Sono partito come riferimento per il Paese per comprendere le necessità e aiutare lo sviluppo della missione nella piccola città di San Antonio de Içá, situata nel cuore della giungla.
Come contare le emozioni, le sensazioni e i pensieri che affollano la tua mente? Sicuramente sento una grande mancanza di casa e di famiglia. Ma mi sento profondamente in comunione con i miei cari nonostante sia così lontano. Il sentimento più forte che voglio condividere con voi è quello della gratitudine. La mia vita ha segni molto forti che si ripetono costantemente e in modo meraviglioso. Qui in Amazzonia trovo volti segnati da storie di travolgente umanità in un contesto naturale bellissimo e straziante. Di fronte allo spettro della distruzione del paradiso a causa della speculazione economica a vantaggio di coloro che credono di “possedere il mondo”. Ma ha parlato di gratitudine. Chi sono io per essere degno di ricevere tutto questo amore? Perché proprio io? Sono grato al Creatore per questo immenso dono che è la Madre Terra. Ringrazio il Creatore per il cielo, per l'acqua di questi fiumi che sembrano mari, per i loro abitanti, compagni di viaggio. Sono grato per i bambini e per la loro gioia. Sono grato per la saggezza degli anziani. Sono grata alle suore missionarie che mi accompagnano. Sono grato alla mia famiglia che mi pensa e prega per me. Sono grato agli amici che mi sostengono generosamente in questa avventura. Sono grato per la mia vita. Ho sempre ricercato il senso, indagando l'intimità della mia anima, per scoprire che il senso è riuscire a parlare con una persona apparentemente lontana, accogliere la tristezza e asciugare le lacrime di chi si sente abbandonato, gioire facendo battere i cuori all'unisono, guardare un splendido tramonto da una barca che scivola lentamente. Il senso, insomma, è sentirsi sempre immersi nel grande turbine che è la vita, ma con lo sguardo rivolto all'Amore. Questo è quello che sto imparando ancora una volta in Amazzonia.


Servizio Civile a São Leopoldo: Venerdì 18 ottobre, per il terzo anno consecutivo, sono arrivati nella comunità di São Leopoldo i 'volontari del servizio civile': Alessandra, Fabiana, Délia e Paolo. Siamo felici ancora una volta per la ricchezza e la vita che questa esperienza porta con sé.

Silvia: Martedì 22 ottobre è arrivata nella comunità di São Leopoldo Silvia Efficace, che tra poco inizierà il primo anno di Noviziato/consacrazione in quella comunità. Preghiamo per lei, per la comunità di São Leopoldo che accompagna questo processo di discernimento e per Ale M e Laura H che l'accompagneranno come équipe di formazione.






Nell'anno in cui morì il re Ozia, io vidi il Signore seduto su un trono alto ed elevato; i lembi del suo manto riempivano il tempio. Sopra di lui stavano dei serafini; ognuno aveva sei ali: con due si copriva la faccia, con due si copriva i piedi e con due volava. Proclamavano l'uno all'altro, dicendo:
"Santo, santo, santo il Signore degli eserciti! Tutta la terra è piena della sua gloria".
Vibravano gli stipiti delle porte al risuonare di quella voce, mentre il tempio si riempiva di fumo. E dissi:
"Ohimè! Io sono perduto, perché un uomo dalle labbra impure io sono e in mezzo a un popolo dalle labbra impure io abito; eppure i miei occhi hanno visto il re, il Signore degli eserciti".
Allora uno dei serafini volò verso di me; teneva in mano un carbone ardente che aveva preso con le molle dall'altare. Egli mi toccò la bocca e disse:
"Ecco, questo ha toccato le tue labbra, perciò è scomparsa la tua colpa e il tuo peccato è espiato".
Poi io udii la voce del Signore che diceva: "Chi manderò e chi andrà per noi?". E io risposi: "Eccomi, manda me!".
ISAIA 6, 1-8
Questo breve brano del profeta Isaia è fondamentale per comprendere il cuore della missione.
Siamo invitati a leggere il testo più volte, prestando particolare attenzione al versetto finale. Lasciamo che le parole e le immagini risuonino dentro di noi. Che cosa sento mentre ascolto questa chiamata? In che modo la volontà di Isaia di rispondere senza esitazioni mi sfida?
Isaia è rattristato dalla morte del re Uzzia e riceve da Dio questa visione straordinaria. Sente che tutto trema e brucia (anche se percepisce solo il fumo). In mezzo a tanta confusione, rumore e paura, come a volte succede anche a noi, Isaia riceve una parola da Dio. Sente questa chiamata, questo invito a partecipare alla sua missione di salvezza. E la sua risposta è immediata e generosa: “Eccomi, manda me”.
Questo atto di dono totale del profeta ci invita a riflettere sulla nostra disponibilità alla missione: come rispondo io alla chiamata di Dio? Quali sono le barriere che a volte mi impediscono di rispondere con generosità e prontezza?
A volte le situazioni del mondo in cui viviamo, le paure, le insicurezze o la mancanza di fiducia in noi stessi ci paralizzano. Tuttavia, la chiamata di Dio non si basa sulle nostre capacità ma sulla sua grazia: c'è un “serafino” che viene a sostenere la nostra debolezza, a ricordarci quanto sia fedele colui che ci ha chiamati e che sarà Lui a portare avanti questa chiamata.
Oggi siamo invitati a meditare sul nostro ascolto e sulla nostra disponibilità alla chiamata di Dio nelle circostanze concrete della nostra vita. Cosa mi sta dicendo, a cosa mi sta chiamando? Come e in che modo posso dirgli “Eccomi, manda me”?
Contempliamo in silenzio per qualche minuto la di Isaia di fronte alla chiamata di Dio. Immaginiamo il dialogo tra lui e il Signore: Isaia ascolta, senza sapere esattamente quale sarà la sua missione, risponde con fede e fiducia.
Che questo dialogo ci parli nel silenzio del nostro cuore; che possiamo metterci in ascolto di un Dio che ci chiama e ci chiede: “Chi manderò?”.
Possiamo concludere il nostro momento di preghiera recitando:
Signore, oggi sono davanti a te con un cuore disposto.
Come Isaia, sento la tua chiamata a essere il tuo inviato, a portare la tua parola al mondo. A volte provo paura o insicurezza, ma so che con Te tutto è possibile.
Ti chiedo di darmi la generosità, il coraggio e la forza di dirti ogni giorno: “Eccomi, manda me”.
Amen





Isabel de Ain Karem e María: relazioni che ci fanno crescere
Luca 1,39-45: «Beata la tua vita»
All'ombra dell'incontro tra Maria ed Elisabetta, contemplando il loro modo di visitarsi, cogliamo

consapevolezza del tessuto relazionale che compone la nostra vita. È un tempo per pregare per le relazioni, per vedere quelle che dobbiamo ancora continuare a stabilire bene e quelle che sono state danneggiate e vorremmo riparare. Anche essere grati per le relazioni che nutrono la nostra vita. Porta nel nostro cuore le persone significative che ci hanno fatto assaporare in noi l'acqua dell'amore e i suoi buoni effetti. Raccogliere il loro raccolto per poterlo offrire, raccogliere piccoli gesti di affetto, ascolto, fiducia, pazienza... che hanno avuto con noi.
Dopo essere stata sorpresa da un annuncio che l'ha sconvolta, María si muove. Si dirige verso Ain Karem, per visitare la sua parente Elisabetta. Le due uniscono le loro vite in quella catena di donne la cui mancanza e il cui vuoto saranno visitati e resi possibili da Dio.
Affermatevi a vicenda. Le due donne si trovano in momenti vitali diversi: Elisabetta, nella terza fase della sua vita; Maria, quasi nella prima. L'uno, sterile e vecchio; l'altro, giovane e celibe. Entrambi, portatori di una vita più grande di loro, consapevoli del mistero che cresceva dentro di loro.
A causa della gravidanza di lei, i due si ritrovano fuori dalla norma sociale, da quanto stabilito. Elisabetta è troppo vecchia per concepire e Maria è incinta senza matrimonio. Entrambi devono aver provato non solo gioia nell'abbraccio, ma anche shock e dubbi. Cosa succederà? Come ce la faremo?
Si accettano nel momento in cui si trovano, nella situazione che stanno attraversando; Sono riconosciuti e confermati, il che stabilisce un legame tra loro. Maria ed Elisabetta si affermano a vicenda. Non giudicano né valutano in base a ciò che la società considera giusto o sbagliato. Capiscono cosa significa per ciascuno di loro che qualcosa di nuovo sta crescendo dentro di loro. Una volta che hanno condiviso ciò che pesava nei loro cuori, entrambi si sentono rafforzati. Grazie ad Elisabetta, Maria vede da una prospettiva nuova il bene che Dio ha fatto per lei. I suoi dubbi e le sue paure si sono trasformati in gioia e può esprimerli apertamente.
Maria non servirà solo Elisabetta; Ha bisogno che, per sua esperienza, gli dica: "Vai avanti, questo viene da Dio". Ha bisogno che Elisabetta la confermi e la benedica. E, a sua volta, Elisabetta deve essere grata per il sogno di Dio che i due condividono e rendono possibile. Queste donne sono un'icona preziosa per coltivare la dimensione del dialogo intergenerazionale e la necessità che abbiamo di dialogo in tutti gli aspetti della vita, tra culture, tra tradizioni spirituali diverse. Ci portano a essere grati per la capacità femminile che hanno gli uomini e le donne di rendere trasparente il Mistero, di risvegliare l'uno nell'altro quella Vita nel cui sapore riconosciamo.
Ciascuna diventa matrona, levatrice dell'altra; A partire dai loro diversi momenti vitali, si aiuteranno a vicenda nell'attesa e nel percorso del processo di nascita, che è diverso per ciascuno perché diverse sono le tappe che attraversano. Nella vita nuova che si sviluppa in loro, nel segreto, si incoraggiano all'unisono a portare al mondo qualcosa di Dio che era nascosto. Entrambi conoscono l'attesa e le doglie. Un'ostetrica esperta ha detto: "Qualcosa non può nascere senza che qualcos'altro debba prima morire per fare spazio". L’ostetricia è l’arte di saper aspettare.
Il parto non è un evento isolato, vi sono contrazione e rilassamento, dolore e piacere, possesso e distacco, tristezza e gioia, paura e fiducia. Mi ha colpito vedere che tutte queste cose che l'ostetrica menziona come momenti del travaglio e del parto, sono momenti della nostra vita, delle nostre relazioni. Ci riconosciamo tutti lì.
Riaccendere la vita: Le due donne incinte si salutano e, quando si incontrano, ciascuna di loro prende coscienza del mistero della propria vita. Nel grembo di Elisabetta il bambino salta di gioia. Ella entra in contatto con l'immagine autentica che è in lei, e Maria prorompe in un canto di lode a Dio per l'azione che sta compiendo in lei e nel suo popolo. Maria intuisce che Dio, con la sua azione, trasforma i rapporti che i potenti di questo mondo instaurano e desiderano preservare. Maria riconosce in Dio il grande trasformatore.
Sola su una montagna e senza altri ascoltatori che una vecchia e due bambini non ancora nati, Maria canta ciò che Gesù proclamerà apertamente anni dopo: «Lo Spirito mi ha consacrato con l'unzione... per liberarmi» (cfr Lc 4,16). Canta ciò che Dio fa nella storia usando i piccoli, la sua rivoluzione d'amore. Maria ed Elisabetta si scambiano ciò che sono e ciò che Dio ha operato in loro: nei loro corpi è nascosta la potenza di Dio, che si manifesta negli anziani, come Elisabetta, nei nascituri, nelle ragazze madri e nei poveri.
Tutte le icone che nel corso della storia ricordano questa visita, questo saluto, ci presentano le due donne legate, unite da un abbraccio, da un bacio, dalla stessa gioia. «Beati voi, felici, perché si avvererà la promessa nella quale avete creduto» (Lc 1,45), qualunque sia il modo in cui si manifesterà. Dobbiamo dirci questa beatitudine e riaccendere le nostre vite, riaccendere le nostre risate.
La risata condivisa può essere una risata che scalda lo spirito, che genera ambienti di spontaneità e gentilezza, di accettazione della vita. La risata ha sempre una componente aggregante. Il pieno esercizio della risata è possibile solo in compagnia. Le mamme sorridono ai figli quando li svegliano la mattina e quando si sono fatti male, quindi non si preoccupano. Imparano a usare la risata e il sorriso come rimedio curativo.
La vita, vissuta in pienezza, sviluppa le sue componenti di gioia, gratuità e generosità. Risate e gratitudine sono buoni indicatori del nostro modo di vivere. Siamo soliti condividere momenti di risata insieme nella comunità, in famiglia?
Riaccendere la risata significa voler rendere felici le persone con cui vivi in casa, significa che ti prendi cura di loro, che il tuo rapporto con Dio passa attraverso il tuo rapporto con loro, attraverso i legami che stabiliamo. Significa che conosciamo il perdono e l'abbraccio e significa anche che possiamo affermarci a vicenda, l'un l'altro, nella nostra vita in comunità, come si affermano Elisabetta e Maria; che possiamo svegliarci al meglio. La risata diventa sacra quando è capace di illuminare un altro volto. È uno dei tanti nomi dello Spirito registrati in noi.
Celebrare l'amicizia Che tipo di storia voglio vivere nella comunità? Una storia dall'ego o dall'anima? «La comunità è il risultato del reciproco incontro interpersonale. Tratto una persona come te e l'altra mi tratta come te. C'è rispetto, affetto, volere del bene. Posso sempre trattare qualsiasi persona, non importa quanto deteriorata o emarginata, come persona; ma è possibile che l'altro abbia tante ferite, abbia se stesso così distrutto, che in quel momento non può trattarmi come un tu, e non può esserci comunità” (F. Carrasquilla).
Maria ed Elisabetta erano donne dalla risata larga ed erano anche donne dagli occhi grandi. Donne che contemplavano nel rovescio della storia e della loro vita, il passo inedito di Dio, la bontà nascosta dell'esistenza. Ci mostrano un modo di vivere che apre al dono dell’incontro, che apre possibilità al nostro essere:
«Grazie e abbiate cura degli amici dell'anima che fanno emergere in noi la tenerezza, la gioia, la gentilezza, la voglia di vivere; che ci aiutano a vivere più soffici. Ciò non implica una minore fedeltà a Dio, ma piuttosto ci permette di vivere e resistere vivi in mezzo a situazioni di morte e di conflitto. Siamo risvegliati dalla generosità, dalla gratuità... e da altre zone oscure che possono essere dormienti o sclerotizzate. Questa ricchezza ci permette di avere una presenza umana e umanizzante dove è più difficile sostenerla. È importante armonizzarlo con la nostra personalità. Armonizza le nostre relazioni. Le persone bisognose hanno il diritto di essere avvicinate con tenerezza, con gentilezza... Bisogna prendere coscienza di ciò che sta emergendo e di ciò di cui bisogna prendersi cura, sia nella mia vita che in quella degli altri. "Non possiamo essere felici da soli."
Perché l’amore rimanga vivo ha bisogno della vicinanza e della distanza, come la fisarmonica. Occorre un equilibrio equilibrato tra io e noi, tra autonomia e legame, tra dare e ricevere. Abbiamo bisogno del nostro spazio, della nostra libertà per poter vivere ciò che è importante per noi. Solo quando si può partire si sta bene anche con noi. Affermare i propri confini crea relazioni sane.
Perché hai amato non sei più lo stesso, lo stesso. Le nostre idee o concetti non cambiano; L'amore che sperimentiamo ci trasforma. E ci fa bene accelerare il suo passo. Prendetevi il tempo per essere grati per le visite, quelle visite che abbiamo vissuto in questi anni . Prega il nostro tessuto relazionale, gli incontri, le amicizie, i volti che ci hanno accompagnato e ci sostengono nella nostra vita.
Prega i nostri rapporti con Elisabetta e Maria
Contempliamo l'icona della Visitazione per imparare da queste due donne.
Elisabetta e María si affermano a vicenda e tirano fuori il meglio l'una dall'altra. Hanno vissuto una storia di gratitudine e di liberazione, si sono ritrovati nell'anima, nel profondo di ciascuno. Ci aiutano a chiederci: che tipo di storia relazionale voglio vivere? Una storia dall'ego o dall'anima? Perché ci sono modi di relazionarsi che ci portano più “al fine per il quale siamo stati creati”.
Luca 1,39-45: Maria salì in fretta sul monte per far visita alla cugina Elisabetta, la salutò, che la chiamò beata e felice...,
Quali sono i miei modi di salutare?
Che tipo di auguri do e ricevo?
▶ Contemplo le mie relazioni: le persone che mi sono vicine, quelle che sono lontane. Sono grato per le relazioni che hanno nutrito la mia vita lo scorso anno.
Porto nel cuore le persone che mi hanno fatto godere dell'acqua dell'amore e dei suoi buoni effetti. Io raccolgo il loro raccolto nella mia vita: piccoli gesti di affetto, ascolto, fiducia, pazienza... che hanno avuto con me durante quest'ultimo periodo. Grazie per l'opportunità che ho avuto di diventare un canale per gli altri di quell'amore trasformante.
Su un foglio di carta bianco scrivo i nomi. I nomi delle persone significative della mia vita, quelle che lo furono allora, quelle che continuano ad esserlo adesso...
▶ Scegli internamente quelle persone con cui vuoi incontrare in questo momento in modo diverso, in un modo nuovo...
Quali viaggi mi sento invitato a fare?
▶ Finisce per trasformare Col 3,12-17 in una richiesta:
"Coprici, Signore, di compassione, di benevolenza, di umiltà, di mitezza e di pazienza... Coprici con il tuo amore perché possiamo vivere insieme." «Signore, ti dono completamente la mia capacità di relazionarmi con le persone e le cose affinché tu possa trasformarla con la forza del tuo Spirito…»
Mariola López Villanueva, Ungidas.
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Fede torna in Venezuela per condividere da lì la missione con la CMCR. Condivide con noi:
Cara Comunità, voglio condividere con voi l'esperienza di questo mese in cui ritorno a Caracas dopo aver vissuto per qualche tempo in Colombia.
È stato un tempo che, per la grazia di Dio, ho potuto vivere con più fiducia e con la gioia del ricongiungimento, dell'essere accompagnato dalla comunità. Un tempo per continuare a lasciarmi sorprendere dal Signore.

Ammetto che prendere la decisione non è stato facile, sento che è stata presa in un periodo di tempo, anche accompagnato, in cui ho potuto interrogarmi e cercare risposte: cosa cerco? A cosa mi chiama il Signore? ? Alla ricerca di risposte a quel costante desiderio di essere "più vicini".
Molto importante in questa ricerca di risposte è stato anche l'ultimo incontro internazionale del CMCR. Quindi per me è un motivo in più per essere grato alla comunità, all'incontro, alla generosità e all'azione di Dio affinché, concretamente, io abbia potuto partecipare.
Cercando di rispondermi: cosa voglio? Anche se la risposta è sicuramente ancora in costruzione, ciò che cerco è vivere con maggiore dedizione e servizio, per amore di Dio, lasciandomi amare da Dio per donare quell'amore. Affidarsi, viverlo a partire dalla fraternità e accompagnare nella fraternità.
Quando penso, dov'è stata quella chiamata?, o dove ho compreso la vera felicità, amicizia e fraternità?, o il senso della vita o la scoperta del volto di Gesù nei miei fratelli, tutto mi indirizza verso la Comunità MCR; avere un posto speciale quello che ho vissuto a La Lira, a Dynamis e tutto quello che da lì ho vissuto negli anni condividendo con voi CMCR.
Continuo a scoprire che ha molto senso per me vivere e partecipare di persona più vicino alla Comunità che mi ha aiutato a (ri)scoprire Gesù, a partire dalle relazioni e dai legami. Vengo con il desiderio di condividere e lavorare nella missione della comunità di Caracas, cercando di vivere secondo il suo Vangelo, e da lì continuare a trovare modi per vivere come Missionario.
Come nel Vangelo, posso riconoscere che nel passato ho “visto” il vignaiolo cercare “operai”; cercando ancora e ancora, affinché nessuno rimanga senza opportunità, forse ho trovato diverse ragioni (scuse) per non decidere... Grazie a Lui, che non si stanca mai di andare a cercare, più recentemente, con l'aiuto di voi , mi rendo conto che fa seguito all'invito che, in questa occasione, accolgo con gioia.
Anche se in Venezuela continuiamo ad attraversare un momento difficile, questa volta a causa degli ultimi avvenimenti legati alle elezioni, sento di viverlo in modo diverso, non nel senso che non mi riguarda, ma piuttosto che mi sentendomi accompagnato, nelle preghiere di molti e confidando nel Signore, ho potuto vivere senza la disperazione, la disperazione e il crepacuore che ho sperimentato in passato.
Questo è il primo mese che torno a Caracas, riconosco che è in costruzione il modo di vivere più fedelmente ciò che ho riconosciuto, per continuare a scoprire con voi come vivere la spiritualità della Resurrezione; Insomma, è lasciandoci condurre dallo Spirito del Signore risorto che ci porta a vivere con più dedizione e gioia. Continuiamo a mantenerci presenti gli uni gli altri nelle nostre preghiere.
Grazie a ciascuno per la generosità, la fedeltà, la dedizione, l'amicizia che ci fa tanto bene.
Quanta forza mi ha dato sentire nelle preghiere di tanti.
Un saluto fraterno, con la gioia di continuare a leggerci, ad ascoltarci, a condividere, in questo e altri mezzi. Federico Nagy

Missione a Viña del Mar
Dal 12 luglio al 13 agosto si è svolta una missione internazionale nella comunità del Cile. Un piccolo gruppo di sole donne, ricco di diversità culturale, con la partecipazione di tre giovani provenienti dall'Italia (Débora Roperto, Mergherita Roggi, Flavia Giacco), una dall'Argentina (Josefina Vera), a cui si sono aggiunti alcuni giovani della comunità da Viña del Mar, in particolare due ragazze che per alcuni giorni hanno condiviso anche con le altre l'esperienza della vita comunitaria (Aneis Beltrán e Florencia Jaraquemada). Con grande semplicità, gioia, ma anche con duro lavoro, abbiamo incontrato e accompagnato alcune famiglie colpite dagli incendi, condividendo la vita quotidiana nell'ascolto, nella preghiera e nel lavoro di ricostruzione, principalmente nei settori di Villa Independencia (Achupallas) e nella popolazione argentina (Quilpué). Abbiamo avuto la gioia di condividere alcune giornate di servizio a Comedores 421 (La Matriz, Valparaíso) e a Reñaca Alto. Condividiamo giornate di riflessione e pellegrinaggio insieme agli adolescenti e ai giovani delle scuole Seminario San Rafael e Hispano Americano dove lavorano diverse suore. Abbiamo avuto vari momenti di incontro con la CMCR locale, in cui abbiamo condiviso momenti di riflessione, festeggiamenti di compleanno, Eucaristia, momenti di preghiera, lezioni di italiano, momenti di formazione, deliziose undicicitas e tanto lavoro per abbellire il giardino di casa . Questo, tra le altre cose, tanto da ringraziare!
Testimonianze
Aneis (Cile)
Mi chiamo Aneis, sono cilena e ho vissuto l'esperienza missionaria internazionale Argentina-Italia-Cile, dove ho divertito, imparato, divertito e riso insieme a Marghe, Débora, Josefina e Flavia. Per me questa esperienza è stata molto arricchente, sia spiritualmente che energeticamente. Ho potuto incontrare le ragazze, ma anche condividere con loro la situazione del nostro Paese e come siamo andati avanti.
All’interno della missione abbiamo incontrato e ascoltato testimonianze di vita sconvolgenti che ti fanno pensare che non meriti i privilegi di cui godi ogni giorno. La vita di un altro ti fa venir voglia di dare la tua a e per lui. Accompagnarli, comprenderli e avere fede arricchisce l'esperienza di vita. Questa esperienza mi ha fatto capire che siamo tante cose, ma la cosa più importante che abbiamo è l'amore, che muove tutto. L'amore verso la tua famiglia, i tuoi amici, i tuoi colleghi e la tua vita rende la tua missione di vita più significativa donandola agli altri.
Quindi questa esperienza mi riempie, sapendo che la mia gente, gli stessi cileni, sono e vivono per il resto. Vedo anche che gli altri se ne sono accorti e facevano parte del sentimento di persone unite, che si amano e si
sostengono a vicenda. Nello specifico, mi è piaciuto conoscere esperienze di perseveranza, fatica, sacrificio e tanto, tanto amore. Mi resta la bellissima sensazione di poter incontrare i miei bellissimi italiani e continuare a condividere altre esperienze missionarie con Josefina. La vita è condivisione e, se possiamo condividere la fede, ci renderemo conto che sposta le montagne. Grazie per l'esperienza, la ricorderò sempre.

Débora (Italia)

Ho deciso di intraprendere questa prima missione spinto dal desiderio di poter fornire un aiuto concreto a chi sta vivendo una situazione difficile, a causa degli incendi qui in Cile. Durante questo periodo di permanenza qui, abbiamo avuto l'opportunità di fare tante cose, di incontrare persone straordinarie e di ascoltare storie diverse che mi hanno toccato molto. Ognuno di loro mi ha lasciato qualcosa che mi ha arricchito profondamente (amore, legami di amicizia e affetto). Impegnati in attività di accompagnamento, collaborazione e scambio, scopriamo realtà difficili, ma anche un senso di resilienza, fede, speranza e coraggio che unisce queste persone; così come il profondo senso di comunità che li unisce.
È stato un mese semplice e semplice, lontano dai ritmi accelerati a cui siamo abituati, che ci ha permesso di riscoprire una vita umile,
stabilendo legami autentici. Abbiamo imparato a valorizzare l'importanza e la qualità del tempo trascorso insieme, apprezzando le piccole cose.
Grazie a tutte le persone che ci hanno accolto e per la vostra generosità. Grazie a tutta la comunità.
Josefina (Argentina)
“Comprendere che LA MIA VITA È UNA MISSIONE dà significato a molto di ciò che ho cercato, camminando e lavorando. L'esperienza missionaria in Cile non è stata un evento isolato rispetto ad altre esperienze, è solo continuare a placare la sete di Dio, è riconoscere ancora una volta l'amore che Dio ha per me e mi ha avuto per tutta la vita, è continuare ad abbracciare la mia storia.
(...) Da allora ho capito che non volevo altro che camminare vicino a Gesù e a questa comunità che mi permetteva di sentirmi a casa ovunque fossi. Ho abbracciato e apprezzato la mia storia e il percorso che avevo percorso.
E con questo dico SI, a partecipare alla missione in Cile perché avevo deciso di conoscere di più la comunità e di Gesù.
Sono stati giorni di grande conferma dell'incontro con me, di grande crescita, ma anche di vedere e sentire in ogni cosa. C'è una frase di Borges che dice: “Ho commesso un atto irreparabile, ho stabilito un legame”… È impossibile non stabilire un legame dopo aver visto questa presenza d'amore riversata, senza condizioni, così gratuita. "Lui mi ha amato per primo. Come potevo non amarlo?", ha detto Pascualita (una cuoca della sala maternità) confermando che non c'era alcun errore che impedisse questo legame.

Confermo che non desidero altro per la mia vita, che amo questa comunità, con i suoi diversi modi di seguire Gesù, ma la stessa certezza; LA VITA È PIÙ FORTE DELLA MORTE e la nostra missione è annunciarlo.
L’unica cosa che auguro oggi è che, pur essendo certo che questo è il mio posto, non ci sia vuoto che Dio non possa riempire. "Il mio desiderio di PIÙ, di continuare a condividere con gli altri, di approfondire questo legame che mi salva, non finirà mai."
Programma: il prossimo incontro del CMCR è il 6 ottobre
Ana, Carolina, Cristina, Mercedes



I testi evangelici che raccontano l'episodio dei discepoli che attraversano “la tempesta nella barca” con un Gesù “addormentato” ci hanno accompagnato sia nelle visite che abbiamo fatto sia nel nostro primo incontro faccia a faccia. Crediamo che Egli ci stia invitando come comunità a “passare all'altra riva”.
In questa occasione ci facciamo dono di questi due brani, per farli passare di nuovo nei nostri cuori, ma questa volta, lasciamo che l'immagine della barca sia la comunità generale, o locale, della CMCR. In entrambi i testi vediamo che l'iniziativa di questo viaggio è Sua. Sta a noi seguirlo, restare, dare il massimo per la traversata, e Lui è lì, fa questa traversata con noi.
Marco 4, 35 – 41 y Matteo 8, 23 – 27
Potremmo dire che la storia del “viaggio in tempesta” è una sintesi della storia delle nostre vite, delle nostre comunità.
Sicuramente le prime comunità cristiane, come tutti noi oggi, si sono facilmente identificate con questo gruppo di discepoli nel mezzo di una tempesta che scuoteva la barca su cui viaggiavano. Con un Gesù addormentato si richiede una fiducia assoluta, una speranza ferma e la capacità di scoprirlo presente nella sua apparente assenza. Quando siamo invitati da Lui all'altra riva, anche la nostra barca può essere sballottata dalle onde della paura che ci fanno vedere fantasmi, impedendoci di riconoscere il Signore risorto che dorme accanto a noi.
Indipendentemente dal tempo e dallo spazio in cui ci troviamo, condividiamo tutti la stessa bella e fragile natura umana. Perciò, anche se le circostanze intorno a noi sono diverse e possono certamente aiutare o ostacolare la nostra sequela di Gesù, riconosciamo che i veri ostacoli alla vita centrata su di Lui e impegnata nel suo Regno non vengono dall'esterno, ma nascono dentro di noi. Il più grande di questi è la paura.
Le paure accompagnano la nostra vita quotidiana. Chiunque si chieda onestamente: “Di cosa ho paura? - riconoscerà senza dubbio un piccolo o grande elenco di paure che albergano dentro di lui, rallentando il flusso della sua vita.
Paura dei passi di Dio e dei propri (sentita con maggiore o minore intensità); paura degli estranei e degli amici; paura del futuro; paura del diverso; paura del proprio corpo e dei propri affetti; paura di prendere decisioni; paura di impegnarsi; paura di rompere i legami del passato; paura del nuovo; paura di vivere e di morire; paura di se stessi. Una lunga catena di paure, dal primo all'ultimo respiro, in questa terra d'ombra.
Sappiamo che la paura ci rende vulnerabili alla manipolazione. La paura rompe il ritmo biologico e attacca i tessuti del corpo; nasce nella mente, ma la sua influenza si fa sentire nei nervi, nei polsi, nei muscoli e nella respirazione.
La paura distorce la percezione della realtà; genera molti fantasmi e pregiudizi che, di conseguenza, massimizzano i fattori oggettivi di pericolo.
Come emozione primaria, la paura spesso impedisce di discernere e cercare la soluzione più intelligente ai problemi; lungi dal risolverli, può aggravarli a medio e lungo termine.
In breve, la paura oscura il senso e la direzione della vita; toglie il bagliore così caratteristico dell'amore; ci rannicchia e ci seppellisce in accomodamenti meschini.
DESIDERIO e PAURA: nella natura umana c'è una tendenza naturale ad andare oltre l'immediato, ad andare verso “l'altra riva”... a rischiare nuovi orizzonti; il bisogno di affrontare il pericolo, di provare, di avventurarsi…
Ma c'è anche la tendenza opposta a salvarsi e a prendere precauzioni, il bisogno innato di evitare il pericolo, di allontanarsi dagli ostacoli, di fuggire dalle tempeste... L'essere umano che si fida è anche l'essere umano che teme; l'atto di coraggio comporta anche la paura.
Nella nostra crescita umana e spirituale, la paura non superata, o il desiderio bloccato, genereranno tempeste. Oppure, al contrario, la paura superata, il desiderio liberato, permetteranno la maturità.
Tutti noi, a livello personale o collettivo/comunitario, abbiamo vissuto tempeste; alcune come uno “tsunami”. Siamo di fronte a una “nuova onda” di rischio e di vita, all'alba di un giorno che può e deve essere di salvezza: “Coraggio, sono io! Sono io, non abbiate paura!”
Una cosa è avere paura e un'altra è essere paralizzati dalla paura di rischiare e di non avventurarsi in nuove terre in questa scoperta senza fine che è la vita.
Non dobbiamo avere paura della paura, dobbiamo farne un mezzo per la nostra crescita, scoprendo la voglia di vivere che si nasconde dietro ogni paura. E questo ci permetterà di andare oltre. La conoscenza della nostra debolezza è la nostra più grande forza.
Ogni paura irrisolta è un peso nella vita. Scopriamole, identifichiamole, diamogli un nome e prendiamole così come sono, finché non riusciremo a risolverle con consapevolezza e coraggio.
Anche la Chiesa è spesso presa dalla paura, che uccide il suo spirito profetico. Una Chiesa timorosa diventa complice della cultura della violenza e della morte. Più ha paura, più si chiude e si trincera dietro regole, dottrine, riti...; e più si trincera, più diventa fragile.
La grande comunità dei seguaci di Gesù è chiamata da Lui a vivere continue traversate, a uscire dai suoi spazi angusti e “normotici” (normalità malsana), a essere “messa alla prova” da tempeste e venti contrari, a svuotare la sua barca di tanti pesi per poter scorrere più leggera, issando le vele e sfruttando la forza degli stessi venti.
È lo stesso Spirito di Gesù che gonfia le vele della grande barca, conducendola verso “l'altra riva”, quella dell'impegno a favore della vita, di tutta la vita.
Per la preghiera: Leggere con calma i testi
Continuiamo nella barca della comunità, in compagnia delle nostre sorelle e dei nostri fratelli, in compagnia di Gesù; permettiamo alla sua presenza di smascherare le paure che soffocano la nostra identità di discepoli missionari.
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Diamo un nome alle nostre paure; nominarle è il primo passo per non lasciare che ci determinino.
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Cosa fareste se non aveste paura?
Por Adroaldo Palaoro SJ

Sintesi dei contributi / Organizzazione generale della CMCR / Passi da compiere
Condividiamo una sintesi di quanto ricevuto dal lavoro svolto in alcune comunità sull'organizzazione generale della CMCR. Realtà che ha risuonato sia negli incontri della WCRC del dicembre 23 e del MCR del gennaio 24 a Buenos Aires e che continua a risuonare con forza negli incontri successivi.
Perché e per quale scopo vediamo la necessità di organizzarci e in quali aree:
Si ritiene necessario continuare a fare passi nella nostra organizzazione (sia locale che generale), fondamentalmente per portare avanti la nostra vita e la nostra missione, concretizzando nella corresponsabilità l'Orizzonte che ci anima come CMCR. Si verifica che l'organizzazione favorisce la conoscenza reciproca (sia delle persone che delle presenze), la partecipazione, la comunicazione e il senso di appartenenza.
L'organizzazione permette la proiezione e la valutazione nei diversi ambiti della nostra vita e missione e favorisce l'impegno personale e comunitario nella realizzazione di ciò che proponiamo come obiettivi e priorità. Facilita l'integrazione di altre persone nella Comunità, la creazione di reti e permette a ogni membro di mettere i propri doni, conoscenze e professioni al servizio della missione. Permette inoltre una buona gestione delle risorse materiali ed economiche, l'utilizzo degli spazi comuni che abbiamo, l'esperienza della solidarietà e rende possibile la richiesta di finanziamenti.
Le aree specificate sono: vita e missione, formazione, economia e spiritualità.
Per quanto riguarda l'organizzazione attuale:
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Come CMCR non esiste una struttura onnicomprensiva. Si individuano realtà/settori più o meno organizzati.
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Sono stati evidenziati incontri sia locali che internazionali.
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Gli incontri mensili delle CMCR locali sono per lo più coordinati dalle MCR con la collaborazione di laici (adulti e giovani) a rotazione.
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Per gli incontri internazionali della Comunità Generale, sia faccia a faccia che online, sono state proposte in ogni momento diverse équipe per la loro preparazione e gestione.
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Ci sono momenti di fraternità “libera” per condividere, ascoltare, celebrare e pregare insieme.
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In missione ci sono progetti e attività strutturate che vengono gestite da varie équipe di lavoro composte da suore, laici adulti e giovani.
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Alcuni membri delle comunità locali fanno parte delle varie équipe di lavoro e di servizio che abbiamo attualmente come comunità generale: l'équipe di comunicazione, l'équipe di spiritualità missionaria, l'équipe di prevenzione degli abusi, l'équipe finanziaria.
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In alcune comunità ci sono laici che, insieme ad alcune suore, gestiscono le finanze della missione.
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L'APS italiana gestisce le risorse finanziarie per alcuni progetti locali, le donazioni di campane di emergenza e altri tipi di aiuto che vengono richiesti.
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Da qualche mese è stata introdotta la figura degli Ambasciatori in ogni Paese (Referenti Paese) per aiutare la comunicazione interna.
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L'organizzazione locale che esiste è specifica per ogni realtà locale, è flessibile e in crescita. Al suo interno sono stati evidenziati i seguenti aspetti::
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le riunioni mensili della comunità
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il servizio e la gestione congiunta dei diversi progetti e attività missionarie
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la comunicazione virtuale frequente attraverso gruppi WhatsApp (con chi è nella stessa città e con chi è fuori dal Paese).
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Pensare a passi/proposte concrete verso un'organizzazione come CMCR generale:
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È stato suggerito che ogni comunità dovrebbe scegliere circa 2 rappresentanti (per un periodo di tempo definito), in modo che quando deve essere presa una decisione che coinvolge l'intera CMCR , l’ECG può convocare questi rappresentanti e condurre un processo di ascolto per lavorare e decidere insieme. I rappresentanti locali potrebbero anche convocare riunioni quando hanno questioni che coinvolgono tutti, così come quando la comunità locale viene consultata su una questione, al fine di alimentare il processo generale, portando la voce delle loro comunità. Questo è visto come un possibile primo passo verso un coordinamento generale della Comunità MCR in futuro.
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Realizzare un processo di dialogo e di riflessione sul rapporto tra le MCR e i laici della Comunità.
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Abbiamo ricevuto dai laici (adulti e giovani) la preoccupazione/necessità/desiderio/richiesta di riflettere ed esplicitare un tipo di promessa/impegno da parte loro che vogliamo “per la vita” in modo “istituzionale”. In questo dialogo, pensare anche a un tempo/percorso di formazione e preparazione a questo, vedendo anche quale forma istituzionale (legale/canonica) assume questo impegno. All'interno di questo, si suggerisce di vedere/dialogare se a livello locale ci sono delle persone che sentono questa “chiamata”, questo desiderio.
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Pensare alla possibilità di creare un équipe di formazione a livello generale, di organizzare missioni e scambi tra laici MCR e di preparazione agli incontri internazionali.
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Ci apprezza l’ esistenza di un’ equipe della comunità internazionale che prepari e proponga lavori di riflessione e approfondimento per tutti.
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La comunicazione tra le comunità è più fluida. La figura degli referenti della comunicazione è stata valutata finora come positiva ed efficace, e si propone di continuare con loro e vedere come può continuare a crescere.
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È necessario fare ulteriori passi avanti nell'organizzazione della raccolta fondi sia interna - a livello locale - sia per la missione in Amazzonia, per finanziare la partecipazione di alcuni membri agli incontri internazionali e investire nella formazione di laici con varie competenze specifiche al servizio del bene comune e della missione.
Alcuni temi proposti che coinvolgono tutta la comunità CMCR sono:
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Continuare a riflettere e definire le modalità di comunicazione interna.
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Continuare a riflettere sul contenuto della comunicazione esterna.
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Azioni missionarie che coinvolgano più di una comunità.
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Accompagnamento e discernimento della presenza in Amazzonia
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Problemi di status giuridico della CMCR
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Amministrazione dell'economia della CMCR
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Organo di riferimento per i gruppi esistenti (spiritualità, comunicazione, ecc.).
È stato anche richiesto:
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Avere incontri più frequenti tra i membri delle diverse comunità per conoscersi, interagire, sapere cosa si fa e come si fa, condividere la vita, la spiritualità e rafforzare i legami. Questo può essere fatto anche da gruppi di interesse, realtà di lavoro missionario, ecc.
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Continuare a promuovere gli scambi missionari tra le comunità e incoraggiare/proporre l'impegno della nostra presenza in Amazzonia.
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Continuare a celebrare la Pasqua online.
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Per gli incontri internazionali, non lasciare passare più di 3 o 4 anni.
Proposta dell'ECG:
Leggendo questo, accogliendo le ricerche e i desideri che emergono qui, notiamo la sfida di crescere in corresponsabilità nella costruzione della nostra CMCR. Riconoscendo che la sfida di organizzarci non è solo nostra, proponiamo di istituire un “tavolo di dialogo/lavoro” in cui si possano sedere insieme l'ECG e la CMCR.
Questo “tavolo di lavoro” partirebbe dal lavoro già inviato e da lì avrà l'obiettivo di proporre una metodologia per continuare a lavorare nelle comunità locali e fare un percorso insieme verso la nostra Assemblea. Lungo il percorso scopriremo i possibili passi da compiere.
Per integrare questo gruppo di dialogo/lavoro, vi chiediamo, per paese, di suggerire un membro (giovane o adulto) che sia attualmente coinvolto in modo attivo/consistente e che possa dedicare del tempo per un incontro mensile di 2 ore.
La proposta può essere inviata entro il 30/09/24.
Riunione CMCR
Con la gioia dell'ultimo incontro on line della CMCR (7 luglio), condividiamo con voi nel seguente link le sfide condivise da ciascun gruppo: famiglia, lavoro, comunità e popolazioni vulnerabili, adolescenti e giovani, donne, bambini.
Sono già disponibili su Wix, in spagnolo/italiano/portoghese.

Ana, Carolina, Cristina, Mercedes



... in Italiano


“Sbarcato, vide una gran folla e ne ebbe compassione, perché erano come pecore senza pastore, e si mise a insegnare loro molte cose. Era ormai tardi quando i suoi discepoli si accostarono a lui e gli dissero: “Questo luogo è deserto ed è ormai tardi; asciali andare, affinché vadano per le campagne e per i villaggi dei dintorni e si comprino qualcosa da mangiare». Ma egli rispose:
«Date loro voi da mangiare». Ed essi a lui: «Andremo noi a comprare del pane per duecento denari e daremo loro da mangiare?» Egli domandò loro: «Quanti pani avete? Andate a vedere». Essi si accertarono e risposero: «Cinque, e due pesci». Allora egli comandò loro di farli accomodare a gruppi sull'erba verde; e si sedettero per gruppi di cento e di cinquanta.
Poi Gesù prese i cinque pani e i due pesci, e, alzati gli occhi verso il cielo, benedisse e spezzò i pani, e li dava ai discepoli, affinché li distribuissero alla gente; e divise pure i due pesci fra tutti. Tutti mangiarono e furono sazi, e si portarono via dodici ceste piene di pezzi di pane, ed anche i resti dei pesci. Quelli che avevano mangiato i pani erano cinquemila uomini.”
Questo testo, che conosciamo bene, si riferisce ad un popolo affamato. Un popolo che vuole ascoltare Dio, che ha intuito che Gesù porta un messaggio nuovo. Un popolo che non ha problemi ad utilizzare il proprio tempo per seguire Gesù, per cercarlo fino a tarda ora.
Anche il nostro popolo, i nostri popoli, sono affamati di pane, di verità, di parole che abbiano un senso, di vite spezzate, di cuori affaticati dal servizio, di cuori pieni di compassione. Possiamo chiederci come sia la nostra compassione per i nostri fratelli e sorelle, se intercettiamo le loro ricerche e la loro fame, se riusciamo a sfamarli.
In quest'ora tarda della storia, quando la notte sembra avvicinarsi, i discepoli hanno paura: come facciamo a far fronte a tanta gente, come rispondiamo a tanto bisogno? La loro risposta è semplice e la ritroviamo in gran parte della nostra società: ognuno pensi a se stesso, ognuno provveda ai propri bisogni. Gesù invece propone un'altra soluzione: date loro da mangiare, che in greco si direbbe: siate voi cibo, nutriteli, fatevi pane per questa fame.
Questo testo, in prossimità della festa del Corpus Domini, ci invita a diventare pane, a donarci, a darci senza misura, a diventare risposta alla fame, alle ricerche, alla sete, alla solitudine dei nostri fratelli e sorelle.
Anche noi, come i discepoli, viviamo con criteri individualistici con cui spesso diamo priorità a noi stessi, al nostro tempo, ai nostri bisogni, al nostro benessere. Ma Gesù ci invita a uscire dalla nostra zona di comfort, a lasciarci muovere dalla compassione, a riconoscere i 5 pani e i 2 pesci che possediamo e che possono soddisfare la fame di molti. Questo richiede di rischiare il poco che siamo e il poco che abbiamo. Mettendolo nelle mani di Gesù, corriamo il rischio di “non avere abbastanza per noi”, di “rimanere senza niente”, ma Gesù ci mostra che ciò che viene dato viene moltiplicato, non sottratto. Che il poco che siamo e abbiamo “basta”, purché lo mettiamo nelle sue mani. Finché lasciamo che Lui lo prenda, lo benedica, lo divida e lo distribuisca.
È Gesù stesso che lo ha vissuto prima di noi. È rimasto nel pane, si è donato sulla croce, ha dato tutto se stesso per darci l'esempio affinché fossimo felici. È Lui che ci nutre ogni giorno perché, forti di Lui, nutriti dalla Sua parola e dal Suo corpo, possiamo donarci senza misura, senza paura, sicuri che Lui ci moltiplica, ci rende fecondi, ci ha chiamati. Intraprendiamo l'avventura di essere pane, di essere tempo e corpo dato a tutti.
Ci chiediamo:
1.Proviamo compassione per i nostri fratelli e sorelle, per le loro ricerche e la loro fame?
Ci apriamo a ricevere la loro compassione? Condividiamo con loro quel poco che abbiamo
e li nutriamo?
2.C’è qualcosa che ci impedisce di intraprendere l'avventura del dare/ ricevere
completamente?
3.Quali esperienze abbiamo avuto o abbiamo del donarci nelle mani di Gesù?
Pane per soddisfare
la fame di tutti.
Impastato lentamente,
cotto nel forno
della verità dolorosa,
dell'amore autentico,
del gesto delicato.
Pane spezzato,
moltiplicato dalla rottura,
raggiunge più mani,
più bocche,
più villaggi,
più storie.
Pane buono, vita
per chi giace
nei fossati
e per chi sonnecchia,
pieno di tante altre delizie,
se forse il tuo aroma
risveglia in lui la nostalgia
di ciò che è certo.
Pane vicino,
nella casa che accoglie
chiunque voglia condividere
una storia, un progetto,
una promessa.
Pane vivo,
il corpo di Dio,
l'alleanza immortale,
non manchi
su ogni tavola.


Emergenza Rio Grande do Sul:
Tra la fine di aprile (25) e i primi giorni di maggio (3), lo Stato di Rio Grande do Sul, in Brasile, è stato colpito da quella che è considerata la più grande catastrofe ambientale dello Stato. La quantità di precipitazioni accumulate in quei giorni è stata doppia rispetto alla media storica, causando l'ingrossamento delle sorgenti di grandi fiumi, con conseguenti livelli d'acqua insolitamente alti, inondazioni e frane.
L'80% dell'intero territorio dello Stato di Rio Grande do Sul è stato colpito dalle inondazioni. Dei 497 comuni, 467 hanno subito inondazioni e alcuni di essi sono scomparsi o sono stati completamente distrutti. Si stima che sia stato colpito il 90% delle imprese statali, oltre 100 ospedali e più di mille scuole pubbliche.
Finora sono state colpite 2.341.060 persone; 581.633 sono state evacuate e 76.188 si trovano nei rifugi comunali. Finora sono stati segnalati 806 feriti, 82 dispersi e sono stati confermati 161 decessi.
La città di São Leopoldo, dove siamo presenti da 30 anni, è stata una delle città colpite. L'80% dell'area è ancora sott'acqua. Lo scenario è davvero devastante, come in una guerra. Senza dubbio, anche gli amici, i fratelli e le sorelle della comunità sono stati gravemente colpiti da questa catastrofe.

Nessuna foto può catturare la portata di ciò che è accaduto e le sue conseguenze



Casa Regina di M+L
Nessun fotografo sarà in grado di catturare tanto dolore, clamore e resilienza di un popolo.
Come comunità, abbiamo organizzato una campagna di solidarietà “EMERGENZA SÃO LEOPOLDO” per raccogliere fondi e contribuire alle necessità che i nostri fratelli e sorelle stanno affrontando. Ringraziamo coloro che hanno contribuito e vi invitiamo a promuovere questa campagna sui social media e a continuare a pregare per i nostri fratelli e sorelle del Rio Grande do Sul.


Nessuna immagine può mostrare la dedizione, l'amore, i gesti, la vicinanza, la solidarietà, la compassione di tanti, tra cui molte delle nostre Sorelle e Fratelli Missionari.
SOS INCENDIOS
Da Viña ci raccontano come hanno vissuto la campagna di solidarietà a sostegno delle vittime degli incendi.
La catastrofe degli incendi subiti tra il 2 e il 4 febbraio di quest'anno, che ha lasciato senza nulla più di 9.000 famiglie nelle città di Viña del Mar e Quilpué / Cile, ha mobilitato la nostra solidarietà nei loro confronti. È stata realizzata una rapida ed efficace campagna economica internazionale della Comunità delle MCR, di cui hanno beneficiato molte persone. Il bisogno era così grande che abbiamo dovuto decidere in équipe (suore e laici) come utilizzare gli aiuti.
In un primo momento la priorità è stata l'acquisto di materiale edile per aiutare a costruire le case, principalmente da due famiglie leader del settore che sono nostre amiche, una delle quali è membro della comunità e altre 5 famiglie conosciute dalla Cappella del settore.
È stato davvero impressionante vedere quanta energia e quanto impegno mettano molte famiglie nel lavorare giorno dopo giorno con le proprie mani e con l'aiuto di parenti, senza riposare e stando per molto tempo in condizioni precarie a causa della mancanza di elettricità, di acqua e persino di un posto dove riposare. Oggi vediamo la gioia sui loro volti e l'affetto con cui sono stati accolti nella loro nuova casa.
Mentre si costruivano le case, il sole, il vento e il freddo della zona di Vertientes/Quilpué si sono fatti sentire nella zona in cui si trovava la cappella, anch'essa bruciata. Questo ha motivato l'azione di un gruppo della Comunità MCR e la partecipazione degli scout della Scuola del Seminario di San Rafael nell'installazione di tende da sole che hanno reso possibile l'incontro e la celebrazione della fede all'aria aperta.
In secondo luogo, abbiamo notato che diverse persone erano rimaste senza strumenti di lavoro. Abbiamo condiviso questa realtà con altre persone e contatti e sono state fatte donazioni di attrezzi da costruzione, strumenti per la riparazione di auto e macchine da cucire per alcune sarte. Cinque persone ne hanno beneficiato e stanno gradualmente riprendendo il loro lavoro. Continueremo a fornire altri strumenti nei prossimi mesi.
Successivamente, una volta che le persone hanno avuto le loro case, durante le visite settimanali ci siamo resi conto che i ricordi, l'angoscia, le difficoltà di sonno e altri disturbi psicologici cominciavano ad affiorare nelle persone colpite, così abbiamo implementato laboratori di sostegno psicologico, ascolto e supporto, che continuano regolarmente e sono previsti per i prossimi mesi. I primi laboratori di accompagnamento e sostegno sono stati condotti da psicologi dell'Università Cattolica di Valparaiso. Attualmente sono portati avanti da un missionario (laureato in psicologia), da uno psicologo laico e da altri membri della comunità della vigna che accompagnano i bambini su base mensile o settimanale.
Come gli adulti, anche molti bambini sono stati colpiti dalla situazione. Per questo motivo abbiamo organizzato per loro alcuni incontri ricreativi, guidati da giovani missionari della comunità e della scuola ispano-americana di Viña del Mar, che intendiamo continuare a svolgere nei prossimi mesi.
Accompagnando le famiglie, abbiamo ascoltato i loro bisogni durante le visite e gli incontri e più di uno ci ha detto: “Abbiamo bisogno di un sostegno psicologico e spirituale”. Questo ci ha motivato ad accompagnare soprattutto il periodo che precede la Pasqua e poi tutte le domeniche le celebrazioni liturgiche che i diaconi svolgono e noi animiamo con la musica.
Per queste celebrazioni, sono state acquistate coperte per tenere al caldo le persone, soprattutto gli anziani che vi partecipano, poiché non è stato ancora costruito nulla sul luogo della cappella e il tempo è molto ventoso e freddo.
Infine, ringraziamo Dio per tutti coloro che hanno contribuito a questa campagna. In voi, le persone si sono sentite benedette dall'amore e dalla cura di Dio e siamo grati di aver potuto fare da ponte tra la vostra generosità e queste famiglie che si stanno ancora rimettendo in piedi materialmente, psicologicamente e spiritualmente.
Condividiamo con voi le parole di Charo e Antonio, una coppia di sposi, amici e partecipanti alla comunità delle sorgenti di Quilpué:

Sono Charo de Paso Hondo di Quilpé, colpita dall'incendio. Sono grata (per l'aiuto ricevuto). Per me è stata una dimostrazione dell'amore di Dio per noi. Dopo l'incendio abbiamo perso tutto, eravamo come senza vita, ma tutte quelle persone (che hanno aiutato) che non conosco e che non mi conoscevano, attraverso di loro ho sentito la presenza di Dio. Quindi sono molto grata e quello che chiedo di più a Dio è che ricompensi tutte persone che ci hanno aiutato perché oggi siamo di nuovo in piedi, con una casa e abbiamo di nuovo una vita, una vita normale.

Sono Antonio, colpito dagli incendi a Quilpué. Voglio ringraziare tutte le persone e le suore che ci hanno aiutato a ricostruire la nostra casa. Al momento abbiamo un tetto sopra la testa, stiamo bene, grazie a Dio. Ringrazio di cuore tutte le persone che hanno collaborato e ci hanno aiutato. Che Dio vi benedica!

Ana, Carolina, Cristina, Mercedes

COMUNICACIÓN ECG
Abril 2024

“Hay heridas que, en lugar de abrirnos la piel, nos abren los ojos”, dice el poeta chileno Pablo Neruda. Jesús, que nos desconcertó al sanar tantas heridas, en la resurrección no cerró sus propias heridas; las mostró para que se reconociera su identidad, para que quedara claro que son la marca de la entrega y que nunca serán borradas. El Señor se apareció ante sus discípulos, después de su muerte, no tenía dinero ni prestigio; no vino sentado en un trono de oro ni desenvainó su espada para derrotar a sus enemigos. Simplemente mostró las llagas de la crucifixión, las marcas de la donación total. Porque “Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos” (Heb 13, 8).
Para despertar la fe de los discípulos, Jesús no les pide que miren su rostro, sino sus manos y sus pies. Quiere que vean sus llagas crucificadas; que siempre tengan ante sus ojos su amor, entregado hasta la muerte. No es un fantasma: “¡Soy yo!”, el mismo que conocieron, siguieron y amaron por los caminos de Galilea.
Mirando las manos de Jesús, los discípulos recordaron las manos que curaban a los enfermos, cuidaban a los débiles, levantaban a los caídos, bendecían y acariciaban a los niños, acogían a los pecadores y a los pobres.
Mirando los pies de Jesús, los discípulos hicieron “memoria” de los pies peregrinos, que rompieron distancias, que cruzaron hacia el “margen”, que los acercaron a los excluidos, que traspasaron fronteras religiosas y culturales. Contemplando las manos y pies de Jesús, los discípulos tomaron conciencia de que sus manos estaban secas y sus pies paralizados por el miedo.
La experiencia del encuentro con el Resucitado abre las manos y los pies de los discípulos, arrancándolos del lugar cerrado y lanzándolos hacia los demás. Sus manos y pies son la extensión de las manos y pies de Jesús resucitado.
Manos y pies resucitados nos hacen salir de nuestros lugares cerrados y estrechos, nos arrancan de nuestros prejuicios y de nuestros miedos y nos mueven hacia amplios horizontes.
Por tanto, la Resurrección es movimiento y acción: es movimiento, porque es salida de uno mismo; es acción porque es construcción, compromiso a favor de la vida.
Las cicatrices que Jesús mostró en su cuerpo después de la resurrección nunca desaparecerán. Trajo un nuevo mensaje grabado en su propio cuerpo: que sólo quedarán en nuestras vidas las cicatrices dejadas por la experiencia del amor y la donación. Este es el “cielo” que estamos llamados a “anticipar” y encarnar: la cultura del encuentro, la presencia samaritana, el cuidado amoroso, el servicio gratuito, la vida nacida del amor esculpida a imagen y semejanza de Aquel que vivió intensamente la Pasión por el Reino.
¿Cuáles son nuestras credenciales cuando queremos identificarnos ante los demás? Normalmente sacamos nuestro documento de identidad del bolsillo. Y si la cosa es más grave, presentamos otros documentos. En otras palabras, nos identificamos con los roles.
¿Cuál debe ser nuestra verdadera “cédula de identidad” como seguidores de Jesús? Nuestras manos abiertas en señal de bienvenida; nuestras manos extendidas para levantar a los que han caído; nuestras manos callosas por partir el pan que compartíamos, endurecidas en el trabajo para ayudar a nuestros hermanos; manos sólidas de tanto servir a los demás.
Nuestra cédula de identidad deben ser los pies heridos de tanto caminar en busca de los que están lejos, de tanta peregrinación saliendo al encuentro de nuestro hermano solitario; pies heridos por los constantes viajes para ayudar a nuestro hermano necesitado, para encontrarnos con nuestros hermanos marginados en las afueras de las ciudades.
Las manos y los pies son los miembros que nos expanden, nos expanden al encuentro; nos sacan de nuestra estrechez de actitudes, de ideas. Por eso son los miembros que más nos “humanizan”, es decir, nos hacen “descender” al “humus” de nuestra existencia, a la tierra de la vida, abriéndonos a los demás.
Vivir la Resurrección es tener las manos y los pies del Resucitado: miembros a favor de la vida.
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¿Hacia quién/es conducen nuestros pies?
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¿A favor de quién/es usamos nuestras manos? ¿Al servicio de quién?
En la experiencia pascual tomamos conciencia de que nuestras “heridas”, con sus malestares y adversidades, son la mediación a través de la cual Dios “entra” en nuestras vidas y nos conduce a un conocimiento más real, más vivo y más profundo del sentido de nuestra propia existencia. Es a través de la integración de las heridas que recibimos una nueva iluminación que nos permite “ordenar” todas las cosas a Dios y reorientar toda nuestra vida hacia Él. Entonces, crece la conciencia de que al mismo Dios le resulta más fácil “entrar” en nuestra vida a través de los fracasos, las heridas, las debilidades.
- Poder “celebrar los fracasos” y “dar gracias por las heridas” es signo de madurez espiritual.
- Por tanto, la memoria agradecida es el humus natural del que brota la gratitud, que activa en cada persona el entusiasmo y la generosidad hacia el futuro de su vida y misión.
Reflexión bíblica de Adroaldo Palaoro sj, de Lucas 24,35-48, si quieres leer todo el texto:
https://www.ihu.unisinos.br/categorias/42-comentario-do-evangelho/638309-viver-como-ressuscitados-e- aprender-das-proprias-feridas
Vivir como resucitados significa aprender de las propias heridas
“Mira mis manos y mis pies; ¡soy yo mismo!"
(Lucas 24:39)